Alertan por los golpes de calor

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) lanzó una alerta amarilla por la ola de calor que está agobiando a los habitantes de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe. Esto significa que las altas temperaturas –que se prevé continuarán hasta el jueves próximo– ocasionarán un aumento del riesgo de la mortalidad de leve a moderado.

En la Capital, la máxima de ayer alcanzó los 31,2° (con una térmica mayor a los 35°) a las 14.10, mientras que la mínima fue de 20,6°, a las 5.45. Para hoy se esperan marcas similares: 20° y 33°. Entre mañana y el martes habrá que soportar máximas de 34°. "Esto recién empieza: las temperaturas altas van a extenderse al menos hasta el jueves –señaló a Clarín el director del SMN, Héctor Ciappesoni–. Es probable que haya chaparrones aislados, aunque no quiere decir que descienda la temperatura".

"Con mínimas muy elevadas y sostenidas, el cuerpo no puede descansar de noche –observa el licenciado Gustavo Almeira, del Departamento de Investigaciones, sección Climatología, del SMN–. Los valores muy altos de humedad hacen que la ola de calor sea más intensa. Y si no hay viento o sopla a velocidad baja, no favorece la ventilación del cuerpo humano".

También en la Costa se esperan marcas máximas de 29° a 30° para la semana próxima; pero esto no significa que se trate de una ola de calor. No sólo se ve beneficiada por la brisa costera, sino que además no sufre el efecto isla de calor que agobia a los porteños, y a los habitantes de las grandes urbes. Esto significa un bochorno adicional, provocado por las grandes superficies de cemento, las veredas sin césped, la gran circulación de vehículos y, paradójicamente, la mayor liberación de calor por los aparatos de aire acondicionado.

Esta es la primera vez que el SMN activa el flamante sistema de alertas sobre olas de calor y salud. Los meteorólogos hicieron foco en las olas de calor, a partir de la que castigó a los europeos en el verano de 2003, y que causó más de 40.000 muertos sólo en Francia, España, Italia y Portugal.

El Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático "ve que habrá mayor frecuencia de olas de calor en el mundo; lo mismo en la Argentina, y también en intensidad –apunta Almeira–. En Buenos Aires aumentó la frecuencia de días cálidos; y en Sudamérica, sobre todo la de noches cálidas, lo que favorece la ola de calor".

El SMN estudió las olas de calor registradas en Buenos Aires, y las cotejó con las cifras de mortalidad. En la Ciudad, el promedio estival es de 90 muertes por día. Durante la ola de calor que se registró entre el 1° y el 7 de enero murieron 986 personas, es decir, 356 más que lo esperado. La que inauguró el año 2005 duró diez días, en los cuales fallecieron 1.322 personas, o sea, 422 más que la media.

"El pico de la mortalidad está desfasado de 48 a 72 horas respecto del pico de calor: el paciente va a internación, se deshidrata y muere", observa Almeira. Y agrega que la primera ola del verano es "la que más impacta, porque el cuerpo aún no está acostumbrado y fisiológicamente no responde; ese retardo en la puede llevar a la muerte. Esto nos llevó a estudiar, a alertar, para tratar de trabajar en forma mancomunada con el SAME y con el Ministerio de Salud".